Monika Treut - Premio de Honor 26 LesGaiCineMad

 

Este año queremos reconocer el trabajo de una gran cineasta con cinco décadas de  recorrido y una prolífica obra, una de las pioneras en rodar cine abiertamente lésbico  y también en documentar las vidas de las personas que empezaban a cuestionar el  género a finales del siglo pasado.

 

Es una directora a la que la independencia de la que siempre ha hecho gala le ha permitido rodar un cine libre y único.  


Con la colaboración de Filmoteca Española y Cine Doré presentaremos una selección de sus clásicos, algunos inéditos en España.

 

Proyectaremos las comedias The Virgin  Machine (1988) y My Father is Coming (1999), su documental Gendernauts (1999) y su  última obra, Genderation (2021), continuación de Gendernauts veinte años después. 

 

El cine de Monika Treut irrumpió con fuerza en los años ochenta, en una década a caballo entre la segunda y la tercera ola del feminismo. Comenzaban a gestarse las bases de lo que fue llamado feminismo interseccional, que hundía sus raíces en los movimientos sociales negros y chicanos, así como en una disolución de la categoría esencial de «mujer».

Treut nació en Mönchengladbach, Alemania, en los años cincuenta y, tras completar sus estudios en literatura y ciencias políticas, se doctoró con una tesis sobre la imagen de la mujer en la literatura del Marqués de Sade y Leopold von Sacher-Masoch. Seduction: the cruel woman (1985) fue su primera película, codirigida junto a Elfi Mikesch, con quien fundó la productora ‘Hyena Films’. Su nombre nació de la fascinación que Treut sentía por estos animales carroñeros, cuyas hembras tienen un papel dominante sobre los machos y unos genitales muy similares a ellos. En este filme, basado en la novela La venus de las pieles (Venus im Pelz, von Sancher-Masoch, 1870), Treut arremetió contra una sexualidad normativa y exploró los roles de poder a través de su protagonista, una dominatrix que dirige una galería de arte en Hamburgo. 

Su siguiente película, Virgin Machine (1988), consolidó su trayectoria como cineasta independiente en los circuitos europeos y norteamericanos. Asistimos aquí al despertar de una nueva mirada queer y feminista, no sólo en cuanto a la forma en que se representan los cuerpos de las mujeres y los cuerpos no normativos, sino también en la construcción del deseo lésbico de estos personajes femeninos, que será uno de los aspectos más reconocibles en su obra cinematográfica. En My Father is Coming (1991), Treut da un paso más al retratar la escena artística underground de NY como telón de fondo de una divertida comedia en la que Vicky recibe la visita de su padre alemán. Ella intentará ocultarle que, lejos de haber conseguido éxito como actriz, tiene un romance con una cocinera del bar donde trabaja para ganarse la vida y que su marido es en realidad su compañero de piso gay.

La escena queer cosmopolita del momento, atraída por estas intersecciones entre el arte y la teoría, el museo y las salas de cine, la lucha política en las calles y la academia, celebró las desvergonzadas aventuras sexuales y amorosas de sus personajes. Más adelante, alcanzó el reconocimiento internacional con Didn’t Do It For Love (1997), un homenaje a la  directora, escritora, actriz y terapeuta sexual noruega nacionalizada mexicana Eva Norvind.

La profesora Susan Stryker abordó el estudio de la identidad de género como una lente cognitiva en Historia de lo trans (2017) y también en The Transgender Lens (2021). Monika Treut retrató a la vanguardia de los estudios y experiencias vitales trans y queer en el San Francisco de finales de siglo. En Gendernauts (1999) convergen las voces de la autora del Manifiesto Postransexual (1987), Sandy Stone, la artista y activista ecosexual Annie Sprinkle, el poeta trans Max Wolf Valerio, o la ya referida teórica y también cineasta Susan Striker.

Treut quiso volver a darles voz veinte años después. El resultado es Genderation (2021), su última película, donde, con una profunda admiración por los protagonistas, aborda las contradicciones y dificultades de vivir en una de las ciudades más gentrificadas del país, formar una familia, envejecer y enfrentarse a la pérdida de seres queridos, o abandonar el activismo sin dejar de trabajar por la creación de sociedades comunitarias.

Esther Pérez Nieto